UNA MUERTE.



Talaron el árbol;
presencie su muerte 
desde mi ventana.
Se rompió el paisaje
y llore de rabia.
!Que extraña, que triste!
se quedo la plaza
sin aquella sombra redonda
que daba... frescuras al aire
que desafiaba al sol inclemente
con sus fuertes ramas.

Era solo, un árbol
pero yo lo amaba.

Y ahora, cada noche
desde mi ventana
miro y solo encuentro
su lugar vació
su ausencia !tan grande!
que asola mi alma
y pienso... !Dios mio!
!que sola,que triste!
se quedo la plaza.